Unexpected visit. [Priv. Mukuro]

–Era un día como cualquier otro, soleado y hermoso. Para la suerte del castaño era sábado, es decir, no debía ir al instituto este día y podía descansar, gracias a que había aceptado a Gokudera-kun como tutor en el área de matemáticas, podía posponer clase en cualquier momento. Lo cual jamás sucedería si de tutor tenía a Reborn-san, quién probablemente lo dejaría cautivo contra su voluntad, hasta que pudiese decirle la respuesta a un ejercicio de la materia, cosa que no haría si estaba bajo presión. Ése día él había decidido aprovecharlo al máximo e ir a visitar a Chrome a Kokuyo Land, y llevarle algun que otro aperitivo cocinado por su madre, a quién le pidió que hiciera cuatro bentos bastante grandes, para Chrome y a cualquier otro de sus compañeros que pudiese interesar, llamó a Gokudera-kun anteriormente, para avisarle que se tomaría el día y que estaría fuera de casa, por lo que pospondría las clases a otro día, tras avisarle tomó el bento y salió de su casa camino a Kokuyo Land.

–Observaba todo a su alrededor con mucha atención, a pesar de ser de día, últimamente su vida como "Jefe de la mafia" lo que totalmente le desagradaba, pues él nunca quizo o pidió ser "jefe", estaba muy tranquila, ningún enemigo próximo, o por lo menos no se había dado cuenta de eso. Estaba tan distraído con el hecho de ir a visitar a uno de sus amigos, con quien no hablaba demasiado, que acabó por tomar una ruta diferente a la que siempre tomaba para ir a todos lados. Acabó topándose con aquella casa que tenía aquel pequeño perro que aterraba completamente al castaño, éste perro comenzó a ladrar alertando al más grande, ambos se asomaron e intentaron abrir la reja que separaba de espacios a él y aquellos animales, él comenzó a retroceder cuando recibió un impacto en la cabeza que lo dejó tendido en el suelo, por suerte, logró mantener los brazos alzados para no dejar caer la comida y que se estropease. Quién lo tumbó era... Era aquel arcobaleno, su tutor, Reborn–¡D-duele!... –Exclamó el jóven Vongola, mientras cerraba su ojo derecho, e intentaba mirarle–¡R-Reborn!, ¿¡P-Por qué has hecho eso?!–Preguntó un poco eufórico–¡La comida que le llevo a Chrome podría haberse estropeado!–Dijo, colocando suavemente el bento envuelto en una pañoleta violeta en el suelo, mientras se levantaba, y lo tomaba de nuevo. Reborn saltó desde su cabeza al suelo–Como era de esperarse, eres un inútil Tsuna. Pero por lo menos, lograste no dañar el bento. Deberías estar alerta, así cualquier Hitman podría haberte matado–Explicó Reborn, mientras Tsuna seguía de largo–R-Reborn, hoy no quiero preocuparme por la mafia, o escuela, iré a llevarle esto a alguien... S-sólo... D-Déjame solo–Alcanzó a decir el castaño, mediante se alejaba, y dejaba al arcobaleno atrás, esperaba que realmente no le siguiera, o de este modo, no podría relajarse.

–Tras un rato de caminata hacía Kokuyo Land, logró llegar, no tardó mucho en subir las escaleras y entrar a aquel sitio abandonado, el cual se encontraba un poco sucio y a decir verdad bastante oscuro. Comenzó a caminar por los pasillos, buscando a Chrome o alguna persona que pudiese allí estar–Chrome... C-Chrome, ¿Estás allí?–Preguntaba al aire, mientras observaba hacia a todos lados con el bento en manos, siguió caminando alrededor de allí, y luego de un rato, se detuvo en seco, pues había una presencia... Una presencia inconfundible cerca de él.

–El menor continuaba deambulando por aquel recinto aparentemente abandonado, un poco alterado a decir verdad, pues sentía la presencia de M-Mukuro Ro-Rokudo muy cerca, sin embargo, esta comenzó a alejarse, y hacerse muy leve. A pesar de que esta fuera minúscula, no restó importancia, y comenzó a buscarle con algo de curiosidad y temor, por un lado, era bueno saber que él estaba bien, pues a pesar de todas las cosas transcurridas entre ambos, él le aceptó tal como era, y llegó a agradarle bastante, aunque, también sentía cierto temor hacia él, puesto no le comprendía muy bien, y no entendía tampoco claramente cada uno de sus pensamientos, quizá después de todo, él vendría siendo un enigma para el joven Vongola.

–Últimamente, tenía muy poco contacto con él, posiblemente se debía a causa de que aún el seguía desagradándole la mafia y cualquier cosa que se involucrara con ella. Él y Tsuna tenían algo en común, quizá más de lo que parecía. A pesar de esto, seguían muy distanciados, aunque, podría justificarse, por muchas razones, las cuales, posiblemente aburrirían mencionar. El chico sugetó aquel bento envuelto en aquel pañuelo violeta, y continuó con su rumbo, decidió seguir aquella leve presencia, pues, aunque era posible que se hubiese equivocado, sabía que había alguien allí, y estaba muy seguro de eso, considerando que había ido a aquel lugar a traerle aperitivos a Chrome, también los traía para todos los demás, pues jamás los olvidaria, ya que eso no iba con su personalidad. Tragó saliva, atentamente observando cada rincón del lugar, muy poca luz entraba y esto le dificultaba para ver a donde iba, ya que podría haber algún tipo de agujero en el suelo o algo parecido y acabaría lastimándose, en lo que llevaría una gran reprimenda de Reborn a causa de su incompetencia, y provocar que Gokudera-kun se preocupase al extremo, y no dejase que saliera solo nunca más, aunque la compañia no le incomodara para nada, no quería preocupar a nadie, lo que sucedería si tardaba demasiado en ése lugar, pero, en cualquier momento, podrían llamarle al móvil y él afirmaria que todo en aquel lugar estaba bien, ya que por su mente no pasó que por una simple visita sucediera algo malo... Ahora que lo pensaba, ¿y si intentaban atacarlo allí...?...

–El castaño encogió los hombros, y caminó ahora más lento con suma inseguridad, comenzó a escuchar algunos ruidos alrededor, los que inmediatamente lo espantaron– ¿C-Chrome?... ¿H-Hay alguien allí?–Dijo al aire, mientras se detenia a observar atentamente a donde estaba, en lo que falló estrepitosamente pues sólo había uno que otro rayo de sol que no alcanzaba a iluminar ni la mitad de una cuarta parte.