Paseando por la ciudad. [Libre]

Era tan estresante. Era molesto y era difícil.

Tantas cosas que habían ocurrido últimamente en la vida del joven Irie Shoichi, de un día para otro miles de cosas comenzaron a llegar a su mente, eran recuerdos, lo sabía, eran recuerdos de algo que había hecho en algún futuro o quizás el propio termino para llamar a aquello era que eran recuerdos de algo que haría de no saber todo lo que ocurriría. Aún sentía en las noches esas ganas de gritar al no comprender que estaba pasando pero, poco a poco eran menos, después de un tiempo había aceptado lo que había ocurrido, precisamente la llegada de una carta de parte de Spanner era lo que lo había convencido por completo de aquella situación que era más que impresionante si es que le preguntaban.

No se había imaginando a si mismo, nunca, nunca siendo parte de la mafia y más aún, siendo amigo de alguien tan poderoso como lo había sido Byakuran, el cual le preocupaba ahora, no podía evitarlo, era...era como si realmente le importase pese a todo lo que había hecho, pero, más que eso, estaba hablando de una persona que no conocía, todavía y ya le importaba de alguna forma extraña y bizarra, casi como si de verdad fuera su amigo.

Y ahora que lo pensaba, también era amigo de Tsunayoshi, y de Yamamoto, y de todos aquellos que formaban parte de los Vongola, no, el mismo era parte de los Vongola tambien, aunque tampoco es que deseara volver a tener que pasar por todas esas situaciones peligrosas, sin embargo, debía de aceptarlo...si Tsunayoshi necesitara ayuda, él sería uno de los primeros en ponerse en la linea de fuego por él, por su amigo, por quien le ayudo a remediar lo que había hecho, algo tan terrible que había llevado a la muerte de tantas personas, conocidas y no conocidas. Recordar cosas como la muerte de Gamma y Yuni lo hacían querer llorar y maldecir pero, nuevamente, era su culpa y encima, había sido por el bien del mundo, así que no era algo por lo que debiera de sufrir ya.

Suspiró mientras se revolvía el cabello, era...algo frustrante en verdad, tener tantas cosas en la cabeza y no tener con quien hablarlas más que Spanner y posiblemente Tsunayoshi pero, aún no se atrevía a ir a verle para hablar, para poder terminar de entender si era todo verdad o solo era un sueño, o una alucinación masiva también era posible. -...Necesito descansar.- Murmuro deteniéndose frente al parque, pensando en si debería de entrar o solo quedarse ahí, y mientras lo decidía, solo se quedaba ahí, quieto, volviendo otra vez a pensar en todos sus recuerdos del futuro mientras escuchaba música con sus audífonos, realmente, a veces, sentía que simplemente necesitaba ver una prueba para poder terminar de creerlo todo...y para poder sentir que no esta solo con ese peso, necesitaba hablar con alguien, demasiado quizás.

Estaba dispuesto a continuar con su camino cuando sintió como alguien chocaba con él, perfecto, eso le recordaría nunca más quedarse pensando a mitad de la calle como si estuviera en su casa...aunque al momento de escuchar aquella voz sintió un horrible escalofrío recorrerle la espalda, esa voz la recordaba bien, muchas veces esa voz era sinónimo de querer correr como loco y al voltear a ver quien había chocado con él vio a uno de los chicos de sus recuerdos, Hayato Gokudera, la mano derecha del décimo Vongola.

-G-Gokudera-kun...- Apenas dijo mientras notaba como lo observaban con tal cuidado, ¿Entonces lo reconocía? Bueno, tampoco es que el fuera a cambiar mucho su apariencia en 10 años...¿O si? Aunque la respuesta que obtuvo lo hizo casi caer al suelo, era obvio, era demasiado obvio, el jamás había sido alguien muy cercano al albino pero, que más daba. -¡L-Lo siento Gokudera-kun!- Se disculpo y después tratando de no tenerle más miedo le habló. -E-Este, si...soy yo, Shoichi...¿Recuerdas? Irie Shoichi...uh, va a sonar raro pero, nos conocimos en el futuro, ya sabes...e-jejeje...- Bien, el plan de tener no temerle no servía de mucho, pues el otro traía su dinamita seguramente y si quería lo podía hacer volar en pedazos.

Aunque...

Aún sin dinamita lo podía golpear y lastimarlo mucho también, siendo el debilucho que era. Quizás al final si era mejor simplemente huir y gritar desde lejos que lo sentía, o quizás algo más, o quizás ahora todavía tenía tiempo de pedir clemencia, no, no, el podía manejar esto, era el momento ideal para ver que tan loco estaba pese a que parecía que realmente todo lo que recordaba había pasado y, bueno, solo estaba pensando de más pese a que en el fondo, muy, muy en el fondo estaba feliz de ver a alguno de los Vongola, feliz de verlos bien y de ver que lo que había ocurrido no les había causado ningún problema. Si, solo por eso debía de quedarse ahí y esperar que Gokudera no fuera a querer hacerlo explotar.

Notó como fruncía el ceño y estaba dispuesto a correr ahora si, pero al parecer lo habían reconocido, sonrió y después solo se alejó un poco. -N-No es eso, estaba pensando en algo y me perdí en mi mundo un rato y no me di cuenta que me había quedado aquí parado, lamento que hayas chocado conmigo, no me hagas explotar por favor.- Había hablado algo rápido pero seguía sonriendo levemente, en verdad era un alivio ver que se acordaban de él aunque fuera un poco. -No, no estoy alterado, enserio.- Y trato ahora de relajarse, no era buena idea simplemente tener miedo, ya era seguro que no le haría nada.

-Yo tampoco pensé que te vería por aquí.- Dijo pensando que en verdad había sido una enorme casualidad. -Pero me alegra un poco, quisiera saber como están todos y...eh, bueno, si tu quieres contarme claro esta porque realmente podrías solo decirme donde puedo encontrar a los demás e ir a preguntarles como han estado, y claro que quiero saber como has estado tu también aunque siento que deberías decirme de Hibari también porque dudo que me quiera decir y...- Se percató de que ya había hablado demasiado y solo se tapo la boca alejándose.

Sabía que Gokudera no era alguien sociable, sabía que había pasado por varios problemas pero, no podía evitar mostrar una leve emoción y además realmente quería saber sobre los demás y se ponía nervioso con la presencia del albino...realmente sentía que en cualquier momento lo haría enfadar y tendría que correr por su vida o esperar que Tsunayoshi-kun estuviera cerca para detenerlo.

Por un momento pensó que simple y sencillamente lo habían ignorado pero, al parecer no era así, y luego escucho como le decía que debía de cuidar más su integridad...aunque la manera en la que se lo estaba diciendo solo lo hacía asustarse un poco más, pero, vamos, ya le había dicho que no le haría nada así que no había razón alguna para temer, por lo que, tomando aire, se relajo, y esta vez trato de mantenerse calmado. -Me preocupo por mi integridad Gokudera-kun, simplemente no me acostumbro a saber de tantas personas de las cuales hace pocos días no tenía ni idea.- Dijo siendo sincero y tratando de darle a entender al otro lo que pasaba.

Escuchó atento sobre como estaban todos y sonrió tranquilamente, estaba aliviado de que todos estuvieran en buen estado y nada fuera diferente de lo habitual, le era realmente grato saber que aquello que había acontecido en el futuro no había afectado en gran medida sus vidas y ahora con mayor razón deseaba poder hablar con todos...o al menos con la mayoría, y pensó que quizás sería buena idea invitar a Tsunayoshi y los demás a su casa alguna vez. Luego volvió a ver al guardián de la tormenta y pensó que, posiblemente, era mejor solo invitar a Tsunayoshi y a Reborn para saber como estaban.

-Gracias por decírmelo Gokudera-kun, estaba preocupado por todos pero ahora puedo relajarme al saber que no hay nada diferente, espero poder ver a Tsunayoshi-kun pronto, quisiera hablar con él también y...realmente es bueno saber que todos están bien.- Dijo total y completamente aliviado mientras perdía el miedo que le había tenido al otro desde el inicio de la conversación. Después de todo, eran amigos, ¿Verdad? Dio una leve reverencia hacia el chico para terminar de agradecerle y continuó viéndolo sonriente.