Do you hate? [Priv. Baseball Freak]

Luego de pasarse toda la mañana haciendo el vago y durmiendo en la clase despatarrado sobre el escritorio, podría decirse que esa tarde para reunirse con sus amigos era lo mejor, mejor que pasarla entrenando o una práctica de baseball (quizás no que lo trepidante de un partido) fuera como fuese, haciendo tareas aburridas o jugando a la mafia a Yamamoto le agradaba el pequeño Sawada tan nervioso y Gokudera tan autentico y pasar mucho tiempo juntos, su círculo siempre era divertido y se sentía verdaderamente apegado a ellos. Eran como el trío de oro. Inseparables.

O al menos así le gustaba pensar al entusiasta guardián de la lluvia. No se dejaba desanimar por los continuos desplantes del albino (o realmente quizás solo le gustaba verlo todo por el lado positivo incluso un “largate”, no le entraba en el seso, no entendía o lo ignoraba) e insistía en quedarse cerca de ambos en toda situación amena o adversa.

Y podemos calificar hacer deberes como algo completamente deprimente, pero si era con ellos incluso eso le daba ganas de hacer y por eso mismo, nada más llegar corriendo a casa y saludar al viejo efímeramente guardó una remesa de buen sushi para picar en la reunión el cual aseguró que pagaría con harto trabajo algún otro día, apresurado también porque no quería llegar tarde y hacerse esperar por ellos, caminó hasta el edificio de pisos donde residía el albino y toco el timbre tras unos breves jadeos productos del esfuerzo de subir las escaleras y destinados a recuperar el aliento perdido por ello.

-YO! Gokudera, Tsun…-En verdad esperaba encontrar a Tsuna al lado del albino, al cual le dejo el paquete de sushi que traía envuelto en un pañuelo y pasó adelante sin esperar del todo permiso para ello, una vez le abrieron la puerta- Neh Traje algo para merendar, espero que le guste a Gokudera. Tsuna está adentro? –ya se había asomado a la sala y su expresión patente de interrogación se le devolvió al joven de la tormenta.

Él no estaba al tanto de nada despues de todo.

Le dedicó una enorme sonrisa de esas suyas que parecían inagotables, incansables y rebosaban de su genuina jovialidad...esas demasiado atolondradas para creerselas a un mafioso.

-Wah la casa de Gokudera es bonita y acogedora –Comentó, si bien no viniera al caso, así pensaba- gracias por invitarme!

-El albino seguía limpiando, esperando al imbécil de baseball, paseándose de un lado a otro, esperando que aquella visita solo fuera ir y venir, pues no sabia que reacción tendría cuando notara que el castaño no se encontraba en su casa, y no llegaría en todo el día. Probablemente Hayato solo se limitaría a explicarle una vez, y después le dejaría hacerlo solo, revisaría y dependiendo de los resultados le sacaría de su casa. La compañía del moreno no era mala, e incluso aveces disfrutaba de ella, siempre y cuando no se acercara tanto a su décimo, aun así era raro estar con el y que este se estuviera riendo cada cinco minutos de cualquier insulto lanzado por el peliplata. Al inicio, incluso había pensado que el cerebro del moreno no funcionaba con normalidad o que era incapaz de captar palabras ofensivas o insultantes en cualquier aspecto en lo que a el refiere. Al recordarlo, el albino sonrió a medias mientras aun estaba en su labor.


-Un momento después, se escucho el timbre del apartamento, a lo cual, el albino hizo una mueca y camino hacia la entrada, para poder recibir a su "invitado". Este, parecía algo sonriente, ademas de que venia muy animado, muy probablemente tenia que ver con el baseball y su obsesión con todo aquello.

-Idiota...-murmuro en cuanto abrió la puerta, al parecer Yamamoto no se lo esperaba a el abriendo la puerta, posiblemente, y si el castaño estuviera ahí, seria el, el que hubiera abierto y no el albino.-No necesitabas traer algo-gruño malhumorado-El décimo no vendrá- anuncio frunciendo el ceño- Se ah enfermado...-hizo una pausa prolongada- siéntate idiota, quieres aprender algo ¿cierto?

-El albino observo al moreno mientras sonreía amplia mente...valla, no se esperaba aquello, esas sonrisas que nunca tienen una razón especifica de ser, esas sonrisas que contagian a la gente, aunque sea solo en el interior, aquellas que fastidiaban y eran un dolor de cabeza, las que molestaban y hacían sentir curiosidad, buscando una razón del porque, esas que simplemente no eran muy tolerables, aunque desagradables...eso, no.

-Tsk..valla idiota...-el peliplata se sentó, sin esperar a que el moreno también lo hiciese y a lo ultimo, no se digo a responder, saco sus libros y se coloco las gafas que a veces usaba, así, repaso un poco, y le indico al moreno que fuese a su lado para comenzar a estudiar.

-No necesitaba pero no es que no pudiera verdad? haha No lo sabía, pero si Gokudera no quiere shushi ahora se lo puede quedar para más tarde, es bastante y es del que prepara el viejo –Le contestó amenamente, a sabiendas que los platillos de su padre no solo eran buenos, eran de lo mejor-Ah, entiendo, espero que esté bien- también se vio preocupado por el estado de su amigo, pero Tsuna era fuerte, se recuperaría, y si no iba mañana a clases ambos irían a su casa para llevarle la tarea.

Pero el ahora, es el ahora y tras seguir un poco la parafernalia del apartamento acabo su mirada fija en su temperamental compañero dedicándole un asentimiento presto y efusivo cuando se topó de lleno con aquel par de aprensivos ojos verdes, esos sin precedentes en su vida, le llamaban tanto la atención que acostumbraba a mantenerle el contacto visual sin temer a la consecuencia (o no estar demasiado familiarizado con ese concepto de animadversión), además de atender con presteza a sus palabras, como salido de un bizarro ensimismamiento, y asimismo pareció esbozar una ligera confusión al tiempo que pasaba la mano por su nuca, despeinaba ese alborotado y azabache cabello que ya de por si era un caos desordenado, con desenfado, con interrogación también.

Pareció no entender, o no creérselo más bien, requerir una confirmación o…solo terminar de corroborar lo totalmente evidente-significa que…estaremos a solas?- inquirió mientras se acercaba, tomaba el puesto cercano al tempesta con las piernas cruzadas, las manos apoyadas tras él y la atención en quien a su vera acompañaba.

Allí, escrutando su semblante enmarcado por las gafas, Yamamoto parecía encontrar algo sumamente divertido que ensanchaba esa curva perpetua de sus labios, con cierto tono juguetón-wow…Gokudera parece realmente un profesor particular, haha estaré muy atento, lo prometo, gracias por darme clases!- Enunció y enseguida buscó sus libros…su cuaderno y …

Le Horror. Tragó saliva y se puso nervioso de repente, le dio incluso el tic de rascarse la mejilla. Casi podía verse la gota de sudor bajando por su sien..

-El albino suspiro y clavo la mirada en el libro mas cercano a el, como queriendo encontrar algo en aquellas letras jamas nunca visto, aunque con una expresión de exasperación- No tienes por que dejar eso aquí...no lo necesito-Articulo rápidamente, acercando aun mas el libro a su rostro, intentando escapar de la vista del moreno temporalmente-¡Se que el décimo se mejorara!-Menciono con excesiva parafernalia al decir dicha frase y luego cobro otra posición, apoyando un brazo sobre la mesa.

Noto al instante la mirada que le lanzaba el moreno por lo cual le dedico una mueca de disgusto, que Yamamoto le observara, llegaba a ser ridículamente incomodo, no podía concentrarse en absoluto y le alteraba completo. Era algo sin procedentes, algo que no podía ser explicado con exactitud y una de las muchas razones por las cuales el albino jamas llego a tratarle de una manera amable, era demasiado pedir-¿Que miras?-Bramo mientras apoyaba el libro que tenia en las manos sobre la mesa.

Aquel sujeto parecía no entender muy bien, o simplemente no sentirse muy feliz con aquella idea, estar solos no era lo que el albino esperaba- Valla-suspiro- No estaremos solos mucho tiempo, te explico, tu entiendes, practicas y te largas-luego, frunció el ceño y se acerco mas al moreno, pues estaba por explicarle el primer problema que debería resolver y con el que su Capo y el presente tenían varias dificultades- Esto no es nada idiota, aunque tengo mejores cosas que hacer-articulo con sus típicos y excesivos modales rústicos con los que siempre le hablaba al moreno, así mismo, ignorando totalmente el hecho de que Yamamoto había hecho un comentario respecto a como lucia este con gafas- Espero y tu cerebro logre captarlo-menciono, valla que aquellos modales y palabras ofensivas le hacían sentir menos incomodo e intentar ignorar lo que pensaba Yamamoto de aquellas palabras, pues siempre respondía con aquella sonrisa, típica de el, como si su cerebro no lograse captar las palabras ofensivas.


Después de un corto momento, noto un ligero percance en la actitud del moreno, pues e había alterado un tanto cuando rebuscaba entre sus cosas...seguramente se le había olvidado algo, o tal vez había recordado como "siempre" que tenia un compromiso. Pensó un ligero momento el preguntar y verificar que todo anduviera bien, o certificar el hecho de que este, tuviese que irse pronto, pero momentos después, suprimió la idea de mostrar el interés que algunas veces, sentía por el.